miércoles, 12 de mayo de 2010

Ir por lana y no salir trasquilada...

Al parecer mis novenas a San Torcuato el Cojo dieron resultado, porque pese a todas las torturas inventadas por tía Rebeca, las artimañas de Adalberto y el ojo de halcón de Lady Sheila, esta doncella tuvo acceso a valiosa información sobre su amorcito acatarrado.

Sucede que, esta mañana el cartero del reino pasó por el castillo. El bueno de Don Tesifón no sólo es el responsable del correo, también es conocido por poseer la lengua más veloz de la comarca, en pocas palabras, un buchón total. Gracias a sus dotes comunicativas, la gaceta "El chisme tiene la razón" perdió muchas suscipciones y está a punto de quebrar.
Cuando Don Tesifón llegó, me encontraba en la cocina del castillo, picando algunas cebollas para el almuerzo, con los ojitos hinchados y llorando cual Magdalena, en fin todo sea por cumplir con el estereotipo de la doncella sufrida y enamorada.
Bueno retomemos el relato que la cosa se pone buena...Tan pronto la cocinera lo invitó a sentarse junto al fuego, el buchón…digo el comunicativo cartero empezó a relatar las últimas noticias. La verdad mucha atención no le puse, porque andaba soñando con cierto caballero resfriado, hasta que algo de su informativa disertación llamó inmediatamente mi atención:

…preocupado…catarro…príncipe…¿Sería posible?


¡Sí! ¡Estaba hablando de él! ¡De mi amado! (Olvidé decir que mi adorado tormento es de noble cuna, no digo de sangre azul porque nunca me gustaron los pitufos y mucho menos los galanes chiquitos, panzones y celestes).

Resulta que su Ilustrísima el Obispo, preocupado por el catarro que padecía su invitado, el príncipe Andrés, había escrito a su hermana contándole los pormenores del asunto. Es menester decir que don Tesifón posee una vista de rayos x que sería la envidia de Clark Kent, por lo que no fue nada difícil obtener una transcripción completa de la reveladora misiva.

“…. El pobre muchacho ya andaba con el ánimo alicaído cuando se viene a resfriar. Últimamente la pasaba suspirando por los rincones, señal inequívoca de que alguna doncella capturó sus pensamientos.

Mucho me temo que se trata de la sobrina de la condesa, pobre muchacho, conociéndo a su Señoría, sería más fácil para un cojo bailar la Tarantella que el desdichado tenga la oportunidad de acercarse a la muchacha. Mucho menos ahora que la guerrera celta, Lady Sheila está a cargo de vigilar a la jovencita.

...pese al lastimoso estado catarral, conserva suficiente lucidez para darse cuenta que no podrá terminar con los arreglos de la iglesia en el tiempo estimado…no estaría mal si pudieras tejerle alguna cosilla que sirviera para abrigar al mozo enfermo, quizás una bufanda...”


¡Yahuuuuuuuu! ¡Piensa en miiiiiiiiiiiiiiiiiii!

Y necesita una bufanda para cubrir su pechito, pobrecito.

Bueno, si mi príncipe necesita una bufanda, ¡a poner manos a la obra que hay una oveja que atrapar!

¿Qué tan difícil puede ser trasquilar a una pequeña oveja? Según recuerdo para Heidi nunca lo fue, y si una nena de 6 años puede con un lanudo de los Alpes, ¡una doncella habilidosa y enamorada no tendrá ningún problema! Así que...

“Olerei olerei hu hu…ven lobit...digo, ovejita, ¿donde estás? , ven que necesito tu lanita”.