sábado, 26 de junio de 2010

El Gran Escape…


…o ¿Cómo no romperse la crisma bajando de una torre?

escalando la torre
En la oscuridad de la noche, una menuda silueta desciende lentamente por la pared de la torre más alta del castillo…
—Shhhhh, Cuchulito no hagas ruido y permanece quietito que aun nos falta bajar 15 metros más. Y estamos justo al lado de la ventana de tía Rebeca.

Se preguntarán qué hago a medianoche, colgada de la pared de la torre y con Cuchulito a cuestas.  Sólo les puedo decir que un amor insatisfecho y la amenaza de enviarte al remoto Convento de Santa Frígida del Silencio Perpetuo son incentivos más que suficientes para despertar la imaginación de una doncella, de por sí muy imaginativa…demasiado dirían algunos.

Luego que el infame pasquín de doña Zoila llegara a manos de tía Rebeca y que en el castillo estallara la de San Quintín, mi querida pariente, haciendo caso a la sugerencia de sor Ángeles, le encargó hacer  los arreglos para mi pronto traslado a la lejana abadía.  Antes que mi reputación fuera enlodada aún más. caida_escalera

Mientras los preparativos eran ultimados, fui encerrada –nuevamente- en mis habitaciones.  Adalberto, el Enano Maldito, era el encargado de llevarme los alimentos tres veces por día. Cada vez que venía no perdía la oportunidad de dedicarme miraditas socarronas y despectivas.  Por eso no sentí pena alguna cuando al segundo día de mi cautiverio se dio tal batacazo que cayó rodando por las escaleras hasta el primer piso… ¿habrá tenido algo que ver que le diera con la bacinilla de hierro en la cabezota?… naaaaa ese buchón tiene la sesera dura como una roca.

El hecho es que para hacer más trágico mi solitario confinamiento…

«Guau Guau grrr…»

… uy!! perdón Cuchulito, no quise ignorarte, es que eres tan chiquito… «grrrrrr…» -Está bien, está bien, deja de pelarme los dientes, no volveré a mencionar tu tamaño.  Hummm hoy si que estamos muy sensibles no??

En fin, como iba diciendo, al parecer NUESTRO solitario confinamiento se ponía cada vez peor.  Resulta que un virus virulento de catarro catarroso, decidió que no había mejor idea que anidar en este pechito, así que durante días me la pasé en cama, entre toses, estornudos y calenturas (por la fiebre alta!!! no sean mal pensados que ésta su servidora es aún doncella inocente). Así que mi imagen de delicada belleza se fue al tacho junto con los cientos de pañuelitos usados para detener RomeoJulietbyAnnieLeibovitz6el constante flujo de mi nariz, que para estas alturas estaba enorme y colorada… Gracias a Dios que mi príncipe no andaba cerca!!

Al tercer día de mi espantoso estado catarral, Lady Yadi la de la hermosa sonrisa y Lady Yura la de radiante cabellera, llegaron a mis habitaciones llevando consigo una copa con el más delicioso de los elixires.  Mi amado, enterado de mi lamentable situación, se las había ingeniado para contactar con tan valientes damas quienes pese al terrible riesgo que corrían al hacerlo, se habían ofrecido a traerme la pócima preparada por las manitos de mi Príncipe adorado.  Al ver la copa, pensé que había poción más que suficiente para beberla durante tres días, pero grande fue mi sorpresa cuando al acercarla me di cuenta que el contenido con las justas alcanzaba para llenar una cucharita de té…Lady Yadi debió intuir mi confusión porque se apresuró a decir que había tropezado en el escalón 52 de las escaleras…bueeeeno no importa, total un mal paso lo da cualquiera!

No se si habrá sido por los extraordinarios poderes curativos de la deliciosa copa…digo cucharita de pócima, o el hecho de saber que fue aquel que me quita el sueño quien había preparado personalmente el milagroso elixir, que al día siguiente amanecí mucho mejor y con renovadas esperanzas.

Pero qué poco me duraría la alegría.

Sor Ángeles vino  hoy muy temprano para decirme que tenía todo listo para partir mañana rumbo al  remoto convento.  Comprenderán que mi ánimo se tornó alicaído y triste, todo lo veía oscuro y gris, upss perdón, las cortinas estaban cerradas… Como decía, mi futuro no se veía muy promisorio que digamos.  Estaba a punto de tirar la toalla, pensando que no699x437-TW-ArmorTudor1g-sm-16 volvería a ver a mi amado Príncipe, cuando de pronto Cuchulito levantó las orejitas llamando mi atención –lo siento Lady Rossy el cachorro será muy suyo, pero no hay mejor compañero para princesas encerradas y abandonadas a su suerte-. Me asomé a la ventana y lo que vieron estos ojitos que Dios me dio, hizo que llevara mis manos al pecho para tratar de calmar los salvajes latidos de mi corazón.

Era él, síiiii ÉL!!!

Cuando nuestras miradas se encontraron, la distancia dejó de existir y nuestros corazones intercambiaron tiernas promesas de amor eterno.  No sé cuanto tiempo permanecimos así, quietos tan solo mirándonos, pudo ser una eternidad o tan sólo unos pocos instantes, pero no importó. Una vez más éramos él y yo. Nadie más. Sólo los dos.

De pronto el sonido de un carruaje acercándose al castillo rompió el encanto y con una última mirada, él volvió a su caballo y se alejó perdiéndose entre la espesura del bosque.

Eso era justo lo que necesitaba para recuperar el espíritu y los bríos que mis risos pelirrojos proclaman a los cuatro vientos.  Así que ni corta ni perezosa agarré las sábanas de mi cama y las empecé a cortar en tiras larguitas, luego mientras iba elucubrando el plan sobre la marcha, las iba uniendo de tal forma que al poco tiempo tenía una cuerda mas o menos decentona con la cual confiaba podía descolgarme desde mi ventana. Y el escape tenía que ser esta noche, porque ya lo había dicho sor Ángeles, mañana partiríamos al rayar el alba.

Así que aquí me tienen… colgada a la mitad de una pared de 30 metros y con Cuchulito asomando la cabeza del morral.

—Ya voy amado mío, pronto estaremos juntos.

Bueno, San Idelfonso del Corazón Blandito, ya va siendo hora que me des una manito!! 

viernes, 18 de junio de 2010

Las Recetas de la Mazmorra

Hoy: In vino veritas...Poción de amor para princesas resfriadas.





Ha llegado a mis oídos que Aquella por la que no duermo, y si duermo no descanso, agitado por sueños de pasión y por el recuerdo de su cuerpo en mis brazos, de su perfume de primavera embrujada, de la calidez de sus pechos apretándose contra el mío, Aquella por la que paso insomne la noche, invadido por el deseo de ser envuelto por sus piernas, por habitar entre sus muslos.... ay, parece que me fui por sendas peligrosas... decía que se rumorea que mi angelical Princesa ha caído víctima de un resfrío.

Ahh, ni mis fuertes brazos, ni mi coraje, ni mi inquebrantable confianza en que algún día estaremos juntos, pueden hacer nada contra esa horda de enemigos pequeños y miserables, que han invadido su sangre -que era mía-, han enturbiado su mente -en la que anhelo vivir- y han hecho presa de su cuerpo -que anhelo desnu... ejem, eso ya lo dije en el primer párrafo, creo que ya todos sospechan lo que pretendo de ese cuerpo sublime-. También dicen por ahí que los malvados bichos la han dejado lacrimosa y de nariz hinchada, pero eso son detalles poco románticos que no vienen al caso ni empañan un ápice su belleza ideal.

En medio de la negra desesperación de saber que mi amada sufre lejos de mi consuelo, ha venido a iluminarme una idea salvadora. Prepararé para ella un brebaje infalible, un elixir de cálido misterio que si no la cura, al menos hará correr por su cuerpo el arrollador vino de mi pasión; entraré como fuego líquido por sus venas, así como ella ha incendiado mi corazón de inextinguible amor.

Naturalmente he conseguido varios cómplices para llevar a cabo esta hazaña de alquimia gastronómica, si no era fácil llegar a mi dama estando sana, ahora es virtualmente imposible siquiera rondar los cimientos de su torre almenada. Precisamente aquí llega Lady Gina de su incursión al más recóndito rincón de las bodegas del castillo, y veo que ha salido exitosa de la empresa, pues trae bajo el brazo un tonelillo del mejor vino de la condesa viuda, feroz dragón medieval que custodia a mi Princesa. Si en alguien puedo confiar para conseguir una bebida digna de mi amada es en lady Gina, de quien dicen que es capaz de distinguir un Cabernet Sauvignon de un Pinot Noir por el aroma de su sombra a través de un vitraux. También hay malas lenguas que dicen que tal experta sapiencia la ha logrado a fuerza de beber como un cosaco muerto de sed en todas y cada una de las tabernas de las islas, pero yo nunca he sido muy dado a creer las habladurías de las gentes desocupadas.

Bien, milady, si me hace usted el favor, vamos a verter más o menos un cuartillo de buen vino tinto en un cazo que pueda ir al fuego... no sea avara, Lady Gina, un chorrito más. Después se puede llevar el sobrante a sus aposentos, si quiere. Dije después, milady, vuelva aquí. Esta cantidad rendirá lo bastante para colmar dos buenos jarros de elixir, ración más que suficiente para levantar el ánimo alicaído (no sé por qué viene a mi mente una maceta con... ¿serán geranios? No, parece que es un malvón... la mente hace cosas extrañas) de mi Princesa.


Ahora endulzaremos la bebida con dos cucharadas soperas de azúcar, hay quien prefiere un sabor menos dulce pero algo me dice que a mi dama ya le sobran amarguras. Quiero crear para ella un deleite que llene su boca de miel, derrita su corazón y predisponga su cuerpo para la aventura de mezclarse con el mío.

He encontrado en la despensa valiosos tesoros venidos de lejanas tierras. Especias de aroma exótico y penetrante, y manzanas de oro del jardín de las Hespérides regalarán su perfume a esta bebida, elixir nacido desde lo más oscuro de mi pasión y no obstante redimido por el bautismo leve de la ilusión.


Echaremos algunos clavos de olor... ¿cuántos, exactamente?, se pregunta lady Julieta la Milagrosa, siempre en busca de precisión académica. Bien, milady, un número mayor a la Santísima Trinidad, y menor que el poderoso siete, impar como la candidez nívea del vientre de mi amada, amigo de Fibonacci, y primo para su mayor singularidad. Ahh, le parece difícil.... mi estimada lady, aquí estamos haciendo una poción de amor, no un guisito criollo a base de costales de papas y otras verduras. En estas cosas es importante el simbolismo, es lo que diferencia un talismán con poderes mágicos de un vino recalentado con fruta.

Sigamos. Cortaremos en rebanadas... usted mejor no use el cuchillo, lady Gina, en el brillo de sus ojos negros distingo que ha tomado a su cargo el control de calidad de la bebida y como reza claramente al costado del tonelito, no es recomendable usar maquinaria de asedio ni objetos cortantes en estos casos. En fin... estamos cortos de amigos, Andrés, no es momento para fijarnos en detalles nimios. Decía que cortaremos en rebanadas una linda naranja, con piel y todo, retiraremos las semillas que serían fuente de indeseable amargura, y la agregaremos al vino.

Ahora irá todo junto al fuego, donde dejaremos que se caliente y luego hierva con alegre borboteo durante dos o tres minutos. No mucho más, o el vino perderá su espíritu juguetón y la poción su comprobada eficiencia.

Ahora, lady Yadi, la de la hermosa sonrisa, y lady Yura, la de la radiante cabellera, se encargarán de verter el caliente brebaje en un tazón de delicada porcelana, y lo llevarán con sigilo y premura hasta la habitación más alta de la torre, allí donde yace recluida la resfriada princesa.

Ella sabrá leer en sus delicados vahos mi mejor esperanza, saboreará en cada sorbo caliente el ardor de mi desesperada pasión, y acunará entre sus manos la tibieza de la taza con la misma ternura conque sostiene el corazón enamorado que una vez le ofrecí.

miércoles, 16 de junio de 2010

RECORDAR ES VOLVER A VIVIR...

...Y TORTURAR, PERSEGUIR, COQUETEAR, CONQUISTAR...



Mientras la Princesa y Cuchulito siguen elaborando complicados planes de fuga, y el Príncipe evalúa cómo hacer llegar a su inalcanzable amada su incondicional pasión, podemos seguir revolviendo el baúl de los recuerdos. El menú incluye ópera, arroz con pollo, artilugios comprados en un sex shop, un imprevisto cambio de bando, una rendición incondicional y terrible violencia pasional. (Nena, si con esto no muerden el anzuelo, sólo nos queda desnudarnos por webcam).

lunes, 14 de junio de 2010

Teoría y práctica del marketing.

Aclaración y disculpa pública.

Es necesario que la verdad salga a la luz.

Aunque sea dura.
Aunque duela.
Aunque decepcione.
Aunque no hayamos podido vender la exclusiva a la gaceta "El chisme tiene la razón".

¡Cuchulito no es Cuchulito!

Sí, lo admito: la imagen del perrito enojado no es una fotografía del "verdadero" Cuchulito, querida mascota de Lady Rossy, quien en un rapto de generosidad -del que sin duda ahora se arrepiente amargamente- lo cedió para que tuviera un destacado papel en este blog.

No bien llegó a mi conocimiento el... disgusto, llamémosle disgusto, de Lady Rossy al percatarse del cambiazo, le ofrecí sentidas disculpas y explicaciones en forma privada y personal. Muy sentidas, teniendo en cuenta que me estaba dejando sordo y calvo, a base de gritos, lloros, pataleos y tirones de cabello. Es difícil lidiar con el temperamento sereno de Lady Rossy cuando no está sereno.

Luego pensé que quizás fuera útil repetir aquí la explicación, por si la dama, en su enajenac... en su estado femeninamente alterado, no hubiera entendido a cabalidad mis argumentos.

La cosa es así. ¿Ustedes creen que cuando hagan la película sobre la vida de la Madre Teresa van a elegir para caracterizarla a una ignota monja feíta y mugrienta de la India, por superiores que sean sus virtudes morales? Yo pienso que lo más probable es que contraten a Penélope Cruz, que sabe poner bellos ojitos de mártir, o incluso a Angelina Jolie y sus labios de rezar avemarías.

Ya ven, la sustitución de Cuchulito también fue un asunto de marketing y ventas. El bueno de Cuchulito jamás sabría poner esa carita de perrito mafioso, ni tiene un aspecto tan peludito tampoco. La belleza de Cuchulito es interior, se ve con los ojos del corazón. De preferencia, los ojos de un corazón que lo haya conocido desde cachorrito. Eso, en cuanto a razones meramente de imagen.



Por otra parte, y menos frívolamente, está el asunto de los riesgos. Lady Rossy debería saber que estamos protegiendo la intimidad virtual de Cuchulito -un can muy discreto, modesto y tímido- y manteniéndolo a salvo de graves peligros. ¿Cuáles pel..? Bueno, ehhh... a ver.... por ejemplo que llevados por febril entusiasmo los fanáticos de este blog creen en facebook un grupo de admiradores de Cuchulito, y que luego alguno de los tres millones de miembros, que no goce de perfecta estabilidad mental, decida secuestrarlo. Esas cosas pasan, señores, esas cosas pasan.

Bien. Esperamos que el asunto esté aclarado a satisfacción de las partes. Con permiso, tengo que ir a curarme estos arañazos, la septicemia en la Edad Media te deja frito.

Nota: ningún animal fue maltratado para producir este blog.

jueves, 10 de junio de 2010

De Castos Besos y Temperamentos Encendidos


 
Cuantas veces habré escuchado a la nana quejarse con tía Rebeca:

—¡Pelirroja… tenía que salir pelirroja!! Ay Su Señoría, escúcheme bien, como que me llamo Adalcerta Jardilinia De los Santos y Muelas Cortas, algún día el genio de esta niña despertará y ese día ¡Dios nos coja confesados!, ese día arderá el castillo!!!

Pues ese día llegó.

Y puedo asegurar que ahora que mi temperamento despertó no podrá ser encadenado nunca mas!!

… tal vez mi declaración de independencia sería más efectiva si alguien más que Cuchulito estuviera presente, pero es difícil conseguir una audiencia numerosa estando encerrada en la habitación más alta de la torre del castillo, además hay que tener en cuenta que la mayoría de las damas de la corte continúan sin hablarme desde el atentado culinario de Lady Sheila. Si serán rencorosas, deberían estar agradecidas de que sus lenguas están menos inflamadas y ahora pueden comer papillas y sopitas.

Se preguntarán qué pudo hacer esta dulce criatura para verse –otra vez- encerrada en sus aposentos. ¿Es que no vieron el pasquín de Doña Zoila Lengüis du Viperine? Ahh ¿así que todos los ejemplares se han agotado? Como es de morbosa la gente.

Bueno no importa, igual se los voy a contar, así que acomódense que la historia tiene para rato.

Resulta que el día de ayer, Lady Sheila accedió a acompañarme a comprar lanas de colores para terminar la bufanda que estaba tejiendo. Por supuesto que no dije que la prenda en cuestión era para mi amado príncipe, si lo hubiera hecho les aseguro que la guerrera era capaz de atarme con mis trenzas, llevarme a cuestas cual fardo mal envuelto y encerrarme en mi habitación para luego tirar la llave al foso.

Así que fuimos a las caballerizas por nuestras monturas. Para mi mala suerte, el mozo de cuadra Cloroaldo estaba enfermo y en su lugar estaba… Adalberto, el infame paje buchón. Debí intuir que algo tramaba el enano maldito porque me dirigió una mirada taimada y calculadora antes de decir, con aire inocente más falso que una moneda de 40 maravedíes:

—El clima es estupendo para ejercitar a los caballos. Mis señoras podrían aprovechar para hacer una carrerita hasta el pueblo, tal vez así sepamos quién es la mejor amazona…

Como la guerrera no puede resistir un desafío, tan pronto salimos de los establos, me retó. Así que salimos a galope rumbo a la villa.

Debí recordar que mi silla de montar no estaba hecha para participar en ningún tipo de carrera, mucho menos en la versión medieval del Derby de Kentucky de la guerrera. No saben lo difícil que es mantener la imagen de lady elegante y chic, mientras tratas de aferrarte al caballo para evitar terminar tus días empotrada en algún árbol como George de la Selva.

En fin, cuando pensaba que tendrían que recoger mis pedacitos para armarlos después como un rompecabezas, alguien detuvo la loca carrera del caballo.

Mi corazón palpitaba salvaje, no se si por el susto o por los fuertes brazos que me cobijaban. No quería abrir los ojos por temor a descubrir que mi salvador no era quien yo esperaba. Pero no debí temer, era él ¿quién otro hubiera sido capaz de salvarme?

Cuando sus ojos se posaron en los míos no pude apartarlos. Todo se detuvo, los gritos alarmados de la gente que estaba en la plaza se acallaron en mi mente. Era como si sólo estuviéramos él y yo en el mundo.

Entonces ocurrió…sus labios encontraron los míos y me perdí, sí, me perdí totalmente. Olvidé quien era y en donde estábamos, dejé que mi temperamento de pelirroja enamorada tomara las riendas y me aferré a su cuello para beber de su boca y hacer de ese instante eterno. Bueno el instante no fue tan eterno porque de pronto fui arrancada de los brazos de mi príncipe y tirada nada ceremoniosamente sobre la grupa de un caballo, mientras escuchaba despotricar a la guerrera.

Debo admitir que mi falta de modestia se debió a que había leído el último libro de Tielle StClare, que Lady Rosana había introducido de contrabando en el castillo. ¡Ay! lo que me había perdido todo este tiempo por leer las novelas de la Cartland. Yo que pensaba que todo terminaba con eso de “depositó un casto beso en sus labios y fueron felices para siempre”. Nanay señoras y señores!! Ahora se lo que pasa después y no me conformaré con nada menos.

Regresando al relato de mis pesares, estaba segura que la guerrera no perdería tiempo para correr e informar a tía Rebeca sobre lo ocurrido. Y la verdad no veía forma alguna para escaparme de su ira.

Qué equivocada estaba.

Tan pronto llegamos al castillo, la guerrera me arrastró en silencio hasta mis habitaciones en la torre. Una vez ahí, me advirtió que no dijera ni una palabra de lo ocurrido para evitar que tía Rebeca montara en cólera y me hiciera usar uno de los tantos cinturones de castidad de su colección privada.

Que ingenua fui al pensar que los chismes no llegarían a oídos de la tía, debí saber que la vieja urraca de doña Zoila se las ingeniaría para hacerle llegar un ejemplar de “El Chisme tiene la Razón”

Cualquiera pensaría que luego de la contabilidad arrocera, la persecución ovejuna y la “cocina” de la guerrera, había tenido suficiente sufrimiento para toda una vida, pero nooooooo, nada de eso señores.

Tengo la espada de Damocles pendiendo sobre mi cabeza.

Bueeeno, no será Damocles ni su espada, pero si Sor Ángeles y su rosario. La monjita ha tenido la “brillante idea” de sugerir a tía Rebeca que para apaciguar mi descarriado temperamento, un tiempito con las hermanitas del convento de Santa Frígida del Silencio Perpetuo, no me vendría nada mal.

Para redondear el castigo debo rezar 567 rosarios completos y 348 novenas a San Blas de la “Lengua ligera”, a este paso estaré rezando ocho años, 2 meses y 8 días, para cuando salga seré una anciana de 24 años!!!!

Eso no lo puedo permitir, mucho menos ahora que probé las mieles de sus labios y él tuvo una pequeña muestra de mi pelirrojo temperamento.

Así que ahora, entre la humareda de las veladoras y con Cuchulito como única compañía, me encuentro devanándome los sesos para idear una forma de fuga. Porque lo haré!! Por los reliquias de santa Catarina del Corazón Atravesado, está niña irá por su amado!!!.

sábado, 5 de junio de 2010

Limpieza del Alma...Dubi dubi duuu

Retomando el hilo de la historia...



- Vaya, vaya, Andrés... tú por aquí, ya iba siendo hora. Últimamente no se te ve mucho por esta zona de la iglesia.

- Hmm... sí, no sé... a lo mejor no es el momento adecuado. Quizás no tiene tiempo para atenderme ahora mismo. ¿No sería mejor que volviera más tarde? Dentro de... dos o tres años, por ejemplo, qué apuro hay.

- ¿Acaso la salvación de tu alma inmortal no tiene prisa, hijo? Ya que estás aquí, no veo razón para posponerlo. Carpe diem.

- Sí, sí, como usted diga Monseñor. Ay, por dónde empiezo....

- En estas cosas, como en la mayoría, conviene empezar por el principio, hijo. Y no te apenes ni sientas vergüenza alguna, recuerda que represento a Dios Padre, que es todo Amor y Compasión.- (El obispo suele hablar así, con muchas mayúsculas, debe ser algo que se aprende en el Seminario).

- Bueno, resulta que yo me enamoré de una dama de la región...

- Sí, hijo... algo he oído al respecto. Lady Marita, la querida sobrina predilecta de la condesa. Justo ayer hablaba con...

- ¡Padre! Si vengo hasta aquí embozada y discretamente, no es para que todo el mundo hable. ¿Y el secreto confesional, dónde queda?

- Andrés, Andrés. Si querías secreto quizás deberías haberlo pensado antes de protagonizar un incidente público, muchacho. En pleno centro del pueblo además.

- Venerable Monseñor, es que usted no entiende lo que yo siento.

- Hijo, que yo haya hecho voto de castidad no me impide conocer las urgencias de un varón joven y sano. De hecho, en mis años mozos, yo... pero no se trata de mí, sino de ti. Habla con confianza, estoy aquí para comprenderte y darte la absolución.

- Buenooo....¿es pecado besar, cuando se ama, padre?

- Depende. ¿Con lengua o sin lengua? Déjame consultar el manual.... veamos... besito simple, dos avemarías; beso con labios abierto, tres avemarías y un padrenuestro; beso con lengua, cinco avemarías, dos padrenuestros, un credo...

- ¡Cinc....! Pero, Padre, y si fue ella la que metió la lengua, ¿lo mismo tengo que recitarlo todo? ¿No podría hacerme un descuento del 50% al menos?

- Andrés, te he dicho y repetido hasta el cansancio que no puedes, no puedes, confesar pecados ajenos. Aquí vienes por tu cuenta y riesgo. Lo de lady Marita lo arreglará ella con su alma, si le parece. O con su tía, que es mucho peor. Y lo de pedir rebaja... creo que has frecuentado demasiado los bazares de tierras infieles, querido muchacho. No estás comprando una alfombra, sabes?

- Está bien, está bien Monseñor.-- (Un caballero astuto sabe cuando batirse en retirada).- En realidad yo venía por otro asunto... ¿tiene por ahí la listita? ¿No se me fijaría qué dice de los pensamientos impuros?

- Andrés. Las cosas aquí no funcionan así. Te lo volveré a explicar despacito: tú confiesas tus pecados, y después yo te digo la penitencia y te doy la absolución. Las cosas en la Santa Madre Iglesia siempre se han hecho así, y jamás cambiarán. Es más probable que algún día los cardenales elijan un papa alemán y de dudoso curriculum, a que varíen un ápice nuestras prácticas.

- ... (suspiro). Si usted lo dice, Padre. Bueno, mire, la cuestión es que hace un par de noches, me dormí y soñé. ¿Ya me puedo ir?

- No. Por ahora, dormir y soñar no es pecado. Necesito que me des más detalles.

- ¿Detalles? ¿Le parece, Monseñor? Bueno... si usted quiere... En mi sueño, ella visitaba mi lecho. En la oscuridad, me envolvía primero su perfume, más enervante que el incienso del templo y que los azahares de Granada. Mientras mi bella pelirroja se acercaba, el silencio estaba lleno de anticipación y sólo lo rompían el leve rumor de sus pies desnudos y nuestras respiraciones entrecortadas. Había también un sonido de tambores, pero puede que sólo fuera mi corazón ilusionado. Cuando ella yació a mi lado, la fría seda de su camisón poco hizo por reducir el fuego de mi piel enardecida, más bien soliviantó cada centímetro de mi cuerpo. Sobre todo los centímetros de abajo, Padre. No voy a decir que me resistí a la invasión de mis sábanas, ni a la completa conquista de mi cuerpo, entregado a su soñada pasión, porque añadiría a mis pecados la mentira. Con lujuria acogí su llegada, con regocijo respondí a sus besos, con entusiasmo de aprendiz recorrí sus curvas y altozanos, con deseo estrujé sus caderas de perfecta simetría y descendí mi cuerpo sobre su ardiente carn....

- ¡Vade retro, Satanás! Tu alma está en peligro de condenación eterna. El Señor hizo de tu cuerpo un templo, y tú has permitido que la lujuria lo invadiera, desdichado. ¡Cómo te atreves a...

- Pp..p...pero usted me dijo que diera detalles. Con confianza, dijo. Amor y Compasión, dijo. Y que sin vergüenza...

- ¡Sinvergüenza!, eso debí decir. ¿Pero tú sabes el pecado en que has incurrido, infeliz? ¡Y hacer objeto de tu lascivia a esa pobre niña inocente, virginal, casta, pura...

- Emhhh.... Padre, disculpe que lo interrumpa, ¿usted no leyó la Gaceta del Chisme esta semana, no?

- Oh. Sí, bueno. Decía que has incurrido en pecado. Pero se es joven sólo una vez, y se comprende que si hay amor de por medio, y estando ella de acuerdo en recibir tus atenciones (me refiero a versos, madrigales, gestas caballerescas... que te quede claro, Andrés. No abuses de mi paciencia) es posible que puedas restañar el mal que has hecho.

- Entonces... ¿ya me puedo ir?

- Momentito. Tenemos que hablar de la penitencia.

- ¿Voy de nuevo al convento a aprovisionarlo de leña y a ofrecer mi ayuda para lo que sea menester?

- De ninguna manera. Esa penitencia ya no sirve para ti. Tienes a todas las monjitas comiendo de tu mano. La semana pasada, sin ir más lejos, Sor Ángeles tuvo el atrevimiento de decirme que no podía entregar a tiempo los nuevos ornamentos bordados para el altar porque estaba ocupadísima renovando tu guardarropas con camisas de lino finamente labrado y una capa de terciopelo forrada de piel. Me dijo "porque se acerca el invierno, Monseñor, y ese pobre chico está casi desnudo. Ni bufanda tiene.". Si no fuera porque conozco a Sor Ángeles desde hace casi cuarenta años, me atrevería a jurar que le brillaron los ojitos cuando dijo "desnudo". Y todavía no puedo creer que hayas convencido a la Madre Superiora para que te diera la receta de sus inigualables tarteletas de limón, que han sido el secreto mejor guardado del convento desde que fuera fundado por Santa Carmelita de los Pies Llagados. No, de ninguna manera te dejaré acercarte de nuevo a las buenas monjitas, eres pésima influencia para ellas. Tu penitencia consistirá en ayunar dos días a pan y agua, y en rezar una novena.

- ¿Y si lo dejamos en dos novenas y un día a pan y agua, Monseñor? La carne es débil.

- Ego te absolvo. ¡Fuera de aquí!

martes, 1 de junio de 2010

VIVIENDO AL BORDE DEL PELIGRO Ó LOS RIESGOS DE INGRESAR A UN GRUPO DE NOVELAS ROSA

Semejanzas y diferencias.


Algunas de ustedes quizás se pregunten el origen de determinados asuntos mencionados en este blog. Es natural, las muj... las personas son curiosas. Y cuando leen –en reiteración real, como dicen en la sección policial del noticiero- acerca de calditos Knorr, clones, persecuciones implacables, bufandas a medio tejer, retratos requeridos y toda suerte de otros inquietantes detalles, desean enterarse de cómo comenzó todo. ¿Cómo se conocieron el príncipe y la princesa... realmente? ¿Quién persiguió a quién? ¿Quién...(música sensual, por favor)... sedujo a quién? ¿Quiénes fueron los cómplices que intervinieron activamente en los avatares de su relación? Aquí empieza a desenredarse el ovillo, atención.

Esta historia empezó dentro de un grupo de aficionados (el uso del sustantivo masculino es un himno al machismo en el idioma castellano, digamos que eran unas treinta aficionadas... y yo) a la lectura y traducción de novelas románticas. Ustedes saben cómo son esas cosas: al principio mucha educación, mucha cortesía, mucho atenerse al tema que nos reunía... pero al poco tiempo mostramos la hilacha y echamos los chanchos. Y aquello fue un viva la patria.



Para muestra, aquí va una selección –bastante expurgada, este blog no pretende saltar a la fama a través del simple expediente de ser demandados por exposición indebida de intimidades ajenas- de aquel intercambio de cartas, gozosa lluvia de mariposas virtuales que se posaban en nuestro correo cada día.